De pronto es posible promover el afecto en las máquinas como una forma de sobrepasar sus límites computacionales y realmente llegar a una inteligencia artificial general. Es difícil lograrlo sin comprender realmente cómo integrar estas ideas en la programación actual, o si necesitamos definir una nueva forma de programar o de enviar y recibir mensajes y acciones con los computadores.